Hoy con motivo del Día Internacional contra el Cáncer de mama, compartimos este microrrelato inspirado en los flashmobs solidarios que se han celebrado en muchas ciudades.
Ana cierra la puerta de casa. Zapatillas, mallas, y un pañuelo rosa en la cabeza es la indumentaria que ha elegido para este día tan especial. Lleva semanas ensayando el flashmob y hoy es el gran estreno. ¿Quién le hubiera dicho hace un par de años que estaría bailando en la plaza Mayor con tanta gente? Ella que era conocida en su cuadrilla como cinturita de hierro.
No solo su cintura se había liberado en los últimos tiempos, la lucha contra “el malo”, como lo llamaba su hija Ainhoa había llegado a su fin. Después de meses de pruebas, operaciones y quimioterapia, ella había ganado la batalla. Es el momento de salir y respirar.
Había metido en la mochila el collar de abalorios que le hizo Ainhoa y que no había faltado nunca en sus sesiones de quimio. Era el amuleto al que se había aferrado y daba color a los oscuros momentos. Ahora quería dárselo a una chica que había conocido durante los ensayos y que tras haber superado un cáncer hacía dos años, le habían diagnosticado que “el malo” había vuelto a aparecer. Es el momento de cantarle a su dolor.
Corre hacia la plaza y saluda a las compañeras mientras se empiezan a oír las primeras notas de la canción “Es el momento”.