Seguro que muchos de vosotros conocéis a parejas que se han lanzado a la aventura de emprender juntos. Objetivamente parece que ese no es el camino más sencillo para montar un negocio ya que aunque haya mucha confianza entre los dos socios, mezclar negocio & amor a la larga puede acarrear problemas en el plano personal y laboral.
VENTAJAS:
– Conoces perfectamente a tu compañero de aventuras. Muchas empresas de reciente creación cierran la persiana por problemas entre los socios. La persona que creías conocer, a la hora de la verdad y cuando hay que “dar el callo”, no se comporta como pensabas.
– Empatía emprendedora. En muchos casos, cuando llega el momento de decir a la familia y amigos que vas a seguir tu propio aventura y que vas a emprender, no te entienden. No comprenden por qué quieres arriesgarte con la situación de crisis que vivimos. A veces, vender tu idea a un familiar es más difícil que convencer a un posible inversor.
INCONVENIENTES:
– De la armonía a la ruptura. Al emprender en pareja existe la posibilidad de que se rompa la pareja cuando la situación empresarial empeora. Puede que tengamos que deshacer la sociedad jurídica… y amorosa.
– Trabajo&Casa. Pintar una raya imaginaria para dividir la vida profesional de la personal es fundamental porque se tiende a mezclar ambos campos si emprendemos o trabajamos con nuestra pareja.
Algunos consejos para que el barco no se hunda y llegue a buen puerto:
1. Establecer los roles y responsabilidades de cada uno.
2. Trabajar con un asesor para que actúe con objetividad en los temas económicos.
3. Pintar la raya divisoria entre hogar y trabajo.
Una gran cantidad de empresas de éxito han sido montadas por parejas que en un momento determinado deciden arriesgarse juntos, y la apuesta les ha salido redonda.
FOTO: Maite Arberas